Los brackets metálicos son el tipo más tradicional y común de aparato ortodóntico. Están hechos de acero inoxidable, lo que los hace extremadamente duraderos y efectivos para tratar una amplia variedad de problemas dentales, desde apiñamiento hasta mordidas severas. Aunque son más visibles que otras opciones, su eficacia y costo relativamente bajo los convierten en una elección popular, especialmente entre niños y adolescentes.

Una de las ventajas de los brackets metálicos es que son altamente personalizables. Los pacientes pueden elegir ligaduras de colores para personalizar su apariencia, lo que resulta especialmente atractivo para los niños. Además, son más resistentes al desgaste que los brackets cerámicos o de zafiro, lo que los hace ideales para pacientes con una mordida fuerte.

Sin embargo, también tienen algunas desventajas. Su apariencia metálica puede ser un inconveniente para quienes buscan una opción más discreta. Además, pueden causar irritación en las mejillas y labios durante las primeras semanas de uso. Es crucial mantener una buena higiene bucal, ya que los brackets metálicos pueden dificultar la limpieza, aumentando el riesgo de caries y enfermedades de las encías.

En general, los brackets metálicos son una solución confiable y accesible para pacientes de todas las edades. Con los avances tecnológicos, su tamaño se ha reducido considerablemente, lo que los hace más cómodos y estéticamente agradables que en el pasado.

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